Comentario
Después de los estudios de bachillerato, Gaudí se instala en Barcelona y queda ya vinculado definitivamente a esta ciudad, aunque construya luego alguna obra fuera de Cataluña. Una vez decide ser arquitecto y logra superar las pruebas vigentes para ingresar en la Escuela Provincial de Arquitectura (entonces todavía en la Lonja y más tarde -Curso 1875-76- en la Universidad neomedieval de Elías Rogent), realiza aquí los estudios (1874-1877) hasta titularse el 15 de marzo de 1878. Le coinciden dirigiendo la Escuela precisamente Elías Rogent y Amat (1821-1897; t. 1848), compañero de Francisco Jareño en la Escuela de Madrid, genuino medievalista, profesor que recomienda el "Dictionnaire raisonné..." del tratadista del gótico Viollet-le-Duc y figura que prepara la transición hacia ese modernismo catalán que se apoya en su gloriosa Edad Media.
Sin embargo, Antoni Gaudí i Cornet (1852-1926; t. 1878), ha tenido otros medios de formación además de los ofrecidos estrictamente por las materias estudiadas y aprobadas con dificultad, tal como se indican las suspensas en cursiva (Dibujo lineal, Dibujo de figura, Sombras y perspectiva, Copia de yeso, Dibujo a la aguada, Mecánica, Ensayos de invención... (Proyectos), Topografía teórica y práctica, Topografía y nociones de mineralogía..., Manipulación y empleo de materiales, Teoría general del Arte, Policía y viabilidad urbana..., Tecnología, práctica de presupuestos y mediciones). Fue sin duda importante su paso por la Escuela, pues la Universidad permite siempre una apertura de horizontes innegable, pudiendo así estar en mejores condiciones de conocer luego con interés diversas obras a su alcance en la Barcelona de entonces (el mismo "Dictionnaire" del estructuralista Viollet-le-Duc, que pide prestado a un compañero y lo devuelve plagado de anotaciones; las tres series de fotografías en copias heliográficas que adquiere la Escuela en 1875, una de Laurent sobre "Monumentos españoles", otra de las "Frith's Series de la India y Monumentos de Egipto y Palestina"; "Viajes por Africa y Asia", del barcelonés Alí Bey el Abbassí; el "Tratado de Estereotomía de la piedra", de Rovira i Rabassa; el "Tratado del arte de la carpintería", de Emy; el "Tratado teórico y práctico del arte de construir", de Rondelet...; las muchas láminas publicadas en las revistas de la época, sobre las Grutas de Capadocia y Acuarios de las Exposiciones Universales; la Gran Sala del Castillo de Montsalvat, del divino "Parsifal" de Wagner, en la "Ilustració Catalana", 1882; las Montañas de Tierra Santa o los Cenobios de los Guanches en Gran Canaria, en "La Ilustración Española y Americana", 1895 y 1898...). Son todas referencias que pueden estar presentes en su obra y en las que han insistido los arquitectos Flores y Torii, como las que tradicionalmente se han señalado desde su infancia (las formas vistas en el taller de su padre; el Camp de Tarragona o la Antigua Tarraco; la montaña de Montserrat; o las imágenes que pudieron impregnar también su estilo durante algún viaje, siendo socio de la Associació Catalanista d' Excursions Científiques (1879-89), como el realizado a Carcasona para ver las restauraciones del mismo Viollet-le-Duc; etc.). Pero, por encima de todas ellas y aun teniendo en cuenta que el medio siempre influye en el ser vivo, se alza la fuerte personalidad de Gaudí, capaz de transformar la naturaleza de la que parte en algo todavía más fantástico, en una arquitectura testimonio del auténtico arquitecto creador sobre la tierra.